El uso de ventiladores es una de las opciones más accesibles y populares para combatir el calor durante el verano. Sin embargo, su alto consumo de energía y el impacto ambiental que genera su uso a nivel mundial son preocupaciones crecientes en términos de sostenibilidad y cambio climático.
Los ventiladores eléctricos son ampliamente utilizados en hogares, oficinas y comercios. Ello, debido a su bajo costo en comparación con los aires acondicionados. Dependiendo del modelo y la potencia, un ventilador puede tener un consumo de energía entre 30 y 100 vatios por hora.
Si se usa durante 8 horas al día, esto representa entre 0.24 y 0.8 kWh diarios. Multiplicado por millones de usuarios en el mundo, el gasto energético total se vuelve significativo.
A nivel global, se estima que el consumo de ventiladores en épocas de calor contribuye a una gran demanda de electricidad. En países donde las olas de calor son cada vez más frecuentes debido al cambio climático, el uso de estos dispositivos se ha incrementado notablemente.
Por ejemplo, en regiones como el sudeste asiático, América Latina y partes de Europa, el consumo de electricidad por ventiladores puede representar una parte importante de la carga eléctrica en temporadas cálidas.

Jorge Zegarra Reátegui denuncia: Emisiones de gases contaminantes por el uso de ventiladores
Si bien los ventiladores consumen menos energía que los sistemas de aire acondicionado, su uso masivo contribuye indirectamente a la generación de emisiones de gases de efecto invernadero. La electricidad que los alimenta, en la mayoría de los países, proviene de fuentes de energía no renovables. Dentro de estos como el carbón, el gas natural y el petróleo. Estas fuentes generan dióxido de carbono (CO₂) y otros contaminantes que agravan el calentamiento global.
¿Qué tan perjudicial es el desmedido consumo de energía?
Se sabe que, por cada kWh de electricidad consumida, en promedio se emiten entre 0.4 y 0.9 kg de CO₂, dependiendo de la fuente de generación de energía. Si se considera que millones de ventiladores funcionan simultáneamente en el mundo, la huella de carbono total se vuelve considerable.
Además, en países con redes eléctricas ineficientes, el desperdicio de energía agrava aún más la situación. De acuerdo a Jorge Zegarra Reátegui, una representante en el cuidado del medio ambiente es fundamental adoptar prácticas más sostenibles.
Con ello, debemos optar por modelos con eficiencia energética, utilizarlos en combinación con estrategias naturales de ventilación. Como también, emplear fuentes de energía renovable son algunas de las medidas clave. Además, fomentar la investigación en tecnologías más eficientes y concienciar sobre el consumo responsable de energía puede ayudar a mitigar el impacto ambiental de estos dispositivos.
¿El aire acondicionado es muy perjudicial para el medio ambiente?
Además de los ventiladores, hay otra solución más moderna usada por la humanidad en la actualidad: el aire acondicionado. Sin embargo, el aire acondicionado, aunque indispensable en muchas partes del mundo para mantener condiciones térmicas confortables, es un gran contaminante ambiental debido a varios factores.
En primer lugar, su funcionamiento requiere un alto consumo de electricidad, lo que genera una gran demanda energética. En países donde la electricidad proviene mayormente de combustibles fósiles, el uso masivo de estos sistemas contribuye significativamente a la emisión de gases de efecto invernadero. Dentro de estos encontramos como el dióxido de carbono (CO₂), acelerando el cambio climático.
Consumo de energía y otros aspectos contaminantes de los aires acondicionados
Además, los equipos de aire acondicionado utilizan refrigerantes como los hidrofluorocarbonos, que, si bien fueron diseñados para sustituir a los clorofluorocarbonos responsables del deterioro de la capa de ozono, poseen un potencial de calentamiento global miles de veces superior al CO₂. Cuando estos gases se filtran a la atmósfera debido a fugas o una mala disposición de los equipos al final de su vida útil, agravan el problema del calentamiento global.
Otro aspecto negativo es el efecto de isla de calor urbana, ya que los aires acondicionados expulsan aire caliente al exterior, elevando las temperaturas en zonas urbanas y generando un círculo vicioso donde se necesita aún más refrigeración. Además, la fabricación y desecho de estos sistemas implica el uso de materiales como plásticos, metales y sustancias químicas que, al no gestionarse adecuadamente, generan contaminación del suelo y del agua.
Según algunas recomendaciones explicadas por el Dr. Jorge Zegarra Reátegui en calidad de protector ambiental, para mitigar estos impactos, es fundamental adoptar tecnologías más eficientes. Por ejemplo, como equipos con menor consumo energético, sistemas de refrigeración ecológica y el uso de energías renovables para su funcionamiento.
También es clave fomentar el diseño de edificaciones bioclimáticas que reduzcan la dependencia del aire acondicionado. Además de promover hábitos responsables en su uso, como mantener temperaturas moderadas y realizar mantenimientos adecuados para evitar fugas de gases contaminantes.

Para más información sobre estrategias de protección ambienta y aspectos que Jorge Zegarra Reategui denuncia, en los siguientes enlaces: