En el mundo actual, muchas empresas operan desde oficinas corporativas que funcionan a diario, muchas veces sin una política clara de responsabilidad ambiental. Aunque puedan parecer espacios de bajo impacto, las oficinas generan una gran cantidad de contaminación cuando no se gestionan de forma sostenible. El escenario corporativo puede ser muchas veces una fuente de contaminación.
Desde el uso excesivo de papel y electricidad hasta el desperdicio de agua y la generación de residuos electrónicos, estas prácticas diarias contribuyen significativamente al deterioro ambiental y al aumento de la huella de carbono.

Uno de los recursos más utilizados en oficinas es el papel. Según estimaciones internacionales, cada trabajador de oficina puede llegar a utilizar hasta 10,000 hojas de papel al año. A escala global, esto representa millones de toneladas de papel, cuya producción requiere una gran cantidad de árboles, agua y energía.
Para fabricar una sola hoja de papel se utilizan aproximadamente 10 litros de agua. Además, el proceso de blanqueamiento y tratamiento del papel emite gases contaminantes que se suman al problema de los gases de efecto invernadero. La impresión innecesaria de documentos, el uso de papel de un solo lado y la falta de reciclaje agravan aún más el impacto ambiental de este material.
Por otro lado, el consumo eléctrico en oficinas es una de las principales fuentes de emisiones de carbono en el sector terciario. Computadoras encendidas todo el día, sistemas de aire acondicionado, iluminación artificial durante jornadas extensas y equipos en modo de espera consumen grandes cantidades de electricidad, muchas veces generada a partir de combustibles fósiles.
Se estima que, en algunas oficinas, hasta el 40% del consumo de energía se desperdicia por prácticas ineficientes. Este consumo energético no solo incrementa los costos operativos, sino que también incrementa la emisión de dióxido de carbono, contribuyendo al calentamiento global.
Jorge Segundo Zegarra Reátegui denuncia falta de conciencia en el mundo corporativo
En palabras del protector ambiental, Dr. Jorge Zegarra Reátegui, la falta de conciencia en la gestión de este recurso agrava la crisis hídrica en muchas regiones del mundo. Esto, sin considerar la generación de residuos como cartuchos de tinta, pilas, aparatos electrónicos y envases plásticos que no siempre son reciclados adecuadamente, terminando en vertederos o contaminando ríos y suelos. Por ello, es fundamental según Jorge Segundo Zegarra Reátegui, que el mundo corporativo trabaje en denuncia a la contaminación ambiental. Una empresa puede reducir su impacto adoptando medidas simples como digitalizar documentos, instalar sensores de movimiento para luces, usar equipos de bajo consumo energético y promover una cultura corporativa orientada al respeto ambiental.
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